El
radicalismo ganará el 9 provincias en las elecciones del próximo año:
Tucumán, Santa Cruz, Chubut, Tierra del Fuego, Chaco, Catamarca, La Rioja, Jujuy, Santa Fe
y Córdoba serían las provincias donde la
UCR estaría ganando la gobernación.
Mientras casi todo el mundo ve la
situación del frente UNEN y, en particular, la del radicalismo, como una
especie de “Armagedón” opositor, un analista aplica el Teorema de Cafiero para
un caso no peronista: aquel que dice que “no están peleando, se están reproduciendo”.
Se
trata del mendocino Enrique Zuleta Puceiro, quien desde su particular punto de
vista le pone un freno a quienes quieren condimentar demasiado la campaña
electoral. “Nadie puede escupir para arriba”, dice, ya que “todos son de
centroderecha o moderados”, y agrega, “todos van a necesitar de votos con los
que no cuentan en el ballotage”.
Un
radicalismo de muchas cabezas
Zuleta
dice que no asesora a los radicales. “Nadie asesora a los radicales; ellos se las
saben todas”, dice, con una sorna tan firme que suena a afirmación. “Los
peronistas, en cambio -abunda en su filosofía de experimentado encuestador- no
se ‘automedican’. Se hacen tomografías, análisis, todo lo que hay que hacerse
antes de saber qué tienen”, ilustra. Y abunda en su conceptualización: “El
radicalsimo tiene una actitud teológica: vienen desde ‘la verdad’ hacia la
opinión pública; mientras que el peronismo lo hace a la inversa: buscan todas
las opiniones que los hagan llegar a su ‘verdad’ que es ganar”.
En
este punto, advierte que las peleas y supuestas rupturas de los radicales hoy
“son aceptados por la sociedad”. “No creo que haya ruptura”, pronostica y
sostiene que “la gente los quiere divididos; quieren alternativas”.
Errores
y aciertos de Sanz
Para
Zuleta, Sanz comete un error, aspirar al sillón de Rivadavia y ser, a la vez,
presidente del partido. “Eso le impide al candidato presidencial estar liberado
de las decisiones de entablar negociaciones y alianzas”. Sin embargo termina
dándole “la derecha” cuando aprueba el sistema de construcción electoral.
–
Sanz sostiene que logrará ganar el gobierno en 15 provincias.
– No
creo que en 15. Pero seguro que en 9, sí. Y las puedo enumerar: Santa Cruz,
Chubut, Tierra del Fuego, Chaco, Corrientes (que no tiene elecciones pero
cuando las haya, ganarán), Catamarca, La Rioja, Jujuy, Tucumán, Santa Fe y Córdoba.
Nombra
a 10 en lugar de 9, porque incluye a Corrientes, que ya tuvo sus elecciones. Y
Mendoza es mencionada en potencial, debido al riesgo de que la UCR se divida, según lo afirma
el propio encuestador.
La
“primavera” radical
“Desde
hace muchísimos años que la gente no se arrimaba al radicalismo”, afirma
Zuleta.
–
¿Cómo es eso? ¿La gente se está arrimando al radicalismo?
–
Sí. Muchos docentes de la UBA
se están afiliando. Están los casos de economistas importantes como Javier
González Fraga o Martín Lousteau. Esto no pasaba desde Alfonsín y debe seguir
así porque es un partido popular con siete cabezas, que en algunos lugares se
muestra con peronistas más ligados al kirchnerismo, en otro con los que están
distantes, en otra ciudad es capaz de dialogar con sectores vinculados a Sergio
Massa o al PRO de Mauricio Macri.
El
encuestador ve un escenario en el que:
– el
radicalismo se muestra como flexible
–
que le ofrece al electorado independiente múltiples alternativas
– y
que pueden recurrir en ayuda mutua cuando lo necesiten, sin rigideces.
Por
eso, con un radicalismo que se pelea y recicla, que muestra varias caras y
cabezas, “al electorado le importa muy poco lo que digan sus líderes”.
“Se
requiere -dice- partidos que empiecen a pensar la política sin pensar solo en la Presidencia”. En este
punto, considera los casos de “países no presidencialistas donde se hace
política en función de una serie de objetivos que no pasan solamente por
conseguir la presidencia del país, sino por apuntar a liderar cámaras
legislativas, gobernar ciudades o estados provinciales”.
Al
radicalismo le hace falta un Bill Clinton
“A
los demócratas estadounidenses -repasa Zuleta- les pasó algo parecido a lo que
les ocurre a los radicales en Argentina desde hace un tiempo: pasaron varios
presidenciales sin encontrar un buen candidato que los liderara y tuvieron que
hacer otras apuestas mientras gobernaban Ronald Reagan y George Bush. Hasta que
apareció Bill Clinton primero y luego Barack Obama”.
Para
ello, sostiene que los políticos deben asesorarse y ampliar sus horizontes.
“Hay mucha gente en el radicalismo, el socialismo y en la derecha que están
revisando esto de no asesorarse, y es por ello que están saltando hacia
adelante en sus posibilidades”, continua.
–
¿Por ejemplo?
–
Massa no da un paso sin un análisis previo. Es una ventaja comparativa
importante incluso en los Kirchner, que por allí pueden aparecer como dueños de
decisiones viscerales, pero que no hacen nada sin medir antes sus
consecuencias.
Pero
critica a “un radicalismo que, por ejemplo, sale a oponerse al 4G cuando fue un
proyecto suyo, encarado durante la presidencia de Fernando de la Rúa y desconoce la demanda
social en ese sentido”.
Un
escenario “no peronista” de gobierno
Tajante,
Zuleta afirma que “no tiene sentido” hablar de la posibilidad de que se avance
en una alternativa “no peronista” sobre el electorado el año que viene. “Es
-dice- una dicotomía vieja que solo le puede interesar al 24% de la Argentina. Un
gobierno basado en ese principio, sería sectario. El mensaje de algo antiguio.
La inmensa mayoría de los votantes nació después de 1983 y ya se plantean otras
diatribas, otras dicotomías”.
El
encuestador remarca una cifra que hace que importe el pragmatismo ante lo
sesgado: “Hay que recordar que 8 de cada 10 votantes se considera
‘independiente'”.
Y
concluye, a modo de consejo: “No tiene mucho sentido presentarse ante esos
electores como ‘no peronista’. El que gane -insite- va a necesitar apoyo
independiente y no debe espantar a electorados parciales. Nadie puede escupir
para arriba”.
Fuente:
MDZOL.com
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