Cristian lo miró. La
impresión de su cara para Damian parecía la de un muerto, a la cual contesto
más por experiencia que por intuición.
_ Problemas con tu novia…
_ Si estoy mal y
confundido...
Damian lo invito a pasar, y con una sonrisa le dijo: -Siempre problemas con
mujeres, cuando vas a venir por una materia del colegio-. Al sentarse
Cristian le explicó lo acontecido.
Damian
que acostumbraba a intercambiar un par de cervezas por oídos, antes que
Cristian siga descargándose uso su típica frase: -tengo sed-.
Salieron
a tomar un par de botellas en el primer negocio que encuentren brindando sus
servicios. A un par de calles encontraron un kiosco con dos mesas vacías, las
mesas obstruían el paso en la vereda, eligieron una, y descansaron sus piernas
en los sillones de plástico alrededor de la mesa, pidieron el deseado líquido.
Un hombre adulto con surcos en la frente y brazos hinchados de músculo trajo la
bebida y preguntó con voz rasposa:
_ ¿Quieren algo más?
_ Por ahora no -
Contestaron los muchachos.
La charla poco
a poco los llevó a la séptima cerveza, los vasos cargados por la mitad, el
envase transpirado que se borroneaba en la mirada de Cristian, quien tomó la
cerveza con ansiedad. Damian bebió de forma moderada pero aun así se encontraba
mareado. El dueño del local, pidió que se retiraran, tenía que cerrar, eran las
3:30 de la madrugada.
Damian
caminaba pisando sobre nubes, Cristian en una calesita, Damian con mayor
equilibrio agarró del brazo a Cristian y se lo puso en el cuello para que no
camine como una serpiente.
Cerca del alquiler, una cuadra antes en la esquina de un edificio
antiguo ya abandonado, dos jóvenes corrían en dirección a ellos.
Cristian agarrado de Damian sabía que eso era algo malo y trataron de huir del
lugar. Giraban las sirenas y tiraban tiros hacia atrás, el arma de fuego era de
construcción casera llamada tumbera, quienes corrían a estos eran
tres tipos adultos con barbas dibujadas, dos de ellos armados con revolver y a
los lejos como desentendida de todo una patrulla de policía hacia bulla.
Se disparaban, los de barba se cubrían detrás de los árboles y las casas
cuando los jóvenes esparcían las municiones de la tumbera; y los jóvenes
corrían en zigzag por la calle y la vereda para tratar de burlar a las balas
que pegaban en el piso y en las paredes. Cristian y Damian presintieron el
peligro e intentaron cubrirse detrás de una pared pero los jóvenes sobrios
fueron veloces y unos metros antes de llegar a Cristian y Damian saltaron por
encima del muro de la casa y allí se refugiaron para cubrirse. En el
momento en que saltaban los jóvenes, quiénes los corrían le tiraron tiros,
ninguno le atino, Cristian agarrado junto a Damian no tuvieron la capacidad de
esconderse detrás de la pared y una bala impacto en el abdomen de Damian. Los
tipos al darse cuenta que le dieron a uno que nada tenían que ver con el agite
del tiroteo, se fugaron, desaparecieron como humo.
continuara...
MM Ramitzen
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