El Cura Vargas Cuellar llego como cura
párroco y autoridad de la iglesia en San Bernardo, hizo su trabajo, tomo
decisiones como de representante de la casa de dios y eso le trajo inconvenientes
en un pequeño sector conservadores del catolicismo. Este grupo le creo una
interna dentro de la iglesia, lo intentaron correr del pueblo, el sector
arcaico peronista y algunos medios le hicieron una campaña para desmoralizarlo
pero ante su “conducta intachable” como dicen los que los conocen quisieron
hacer una marcha en su defensa, sin embargo el padre pidió que no haya
movilización.
Parece ser que el cura que quiso actuar
como tal no le cayó bien a los sectores conservadores, este padre creo un
debate, una renovación dentro del catolicismo. A las empresas constructoras y
los políticos que quisieron avasallar la capilla fueron persuadidos por él,
quien le pidió hacer las cosas bien, que
no derrumben el patrimonio y creen un sitio para traer otros representantes de
la iglesia o que en última instancia solo remodelen el edificio.
El padre solo pidió algo con sentido
común para su capilla, pero los intereses económicos de los que están en el
poder no obedecen al sentido común. A pesar de saber qué sector está en contra
suya, no tomo represaría y apuesta a la unidad ya que podía aprovechar que
hagan una marcha a favor suyo.
Vargas Cuellar de alguna manera revivió
aquella vieja contienda entre la iglesia y el peronismo conservador, también
recordó al pueblo aquella antigua forma de manejo en las iglesias pueblerinas
donde un par de personas hacían y deshacían a su antojo las cosas dentro de la
casa de dios, solo alguien que busca progresar y cambiar algo revela esos
fantasmas.
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