La jefatura política de Jorge Capitanich
en el kirchnerismo chaqueño empezó a encontrar sus límites, a menos de dos
meses de que el gobernador deba dejar la conducción del Poder Ejecutivo
Provincial. En medio de la transición, diputados e intendentes se rebelaron
contra su propuesta de ponerles un límite a los mandatos en cargos públicos
electivos.
“Coqui” había planteado la iniciativa
antes de los comicios locales del 24 de septiembre, postulando una enmienda de
la Constitución Provincial para que nadie pueda tener más de dos mandatos en un
cargo electivo, incluyendo los roles de gobernador, vice, diputados
provinciales, intendentes y concejales.
Nadie polemizó públicamente con la idea,
pero puertas adentro del oficialismo los primeros cuestionamientos surgieron de
la liga de intendentes peronistas, cuyos principales referentes son –en
general- jefes comunales con varias reelecciones encima. Algunos de ellos, al
haber triunfado en sus municipios el mes pasado, llegarán a 2019 con 28 años
ininterrumpidos como administradores de sus localidades.
En el Chaco hay 69 municipios, y en 20
de ellos hay intendentes que ganaron en septiembre y con los nuevos mandatos
obtenidos completarán dos décadas o más en los cargos. Entre los 32 diputados
provinciales también abundan quienes ya agotaron el cupo de dos mandatos que
propone Capitanich.
“Hay algunos dirigentes para quienes
esta iniciativa resulta gravosa”, reconoció el presidente de la bancada
legislativa del PJ, Ricardo Sánchez. “Hay resistencias sobre todo entre los
intendentes”, admitió Domingo Peppo, el gobernador electo.
El sucesor de Capitanich a partir del 10
de diciembre comentó que el proyecto podría salir si previamente recibe varios
recortes. Lo que se habla ahora en el oficialismo, para no desairar por
completo al gobernador en retirada, es apoyar una enmienda diferente, en la que
el tope máximo de dos mandatos rija sólo para la gobernación. Para
diputaciones, intendencias y concejalías se plantearía sólo la imposibilidad de
más de dos mandatos consecutivos. Es decir que quienes aspiren a más, deberían
dejar pasar un período sin candidatearse al mismo cargo pero habilitados para
buscar otras funciones.
Esa poda a su iniciativa original no le
causó ninguna gracia a Capitanich, que tiene por delante un gran dilema
político: cómo conservar su liderazgo después de diciembre, cuando ocupe la
intendencia de Resistencia y en la gobernación esté Peppo, un dirigente con el
que nunca tuvo una relación de plena confianza. En la municipalidad tendrá como
segundo a Gustavo Martínez, un dirigente de peso que tampoco es un cuadro
propio.
La suerte de su propuesta de enmienda,
por eso, es todo un test. Para que la idea se incorpore al texto
constitucional, deben votarla los 32 diputados, una meta que hoy parece
utópica. Si la apoyaran al menos dos tercios de la Legislatura, el cambio
deberá ser plebiscitado en los próximos comicios provinciales para que sea
incorporado a la Constitución o desestimado.
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