Apostar al arte nuevo: Plásticos Chaqueños con una Impronta Joven

Tienen menos de 30, sueños por cumplir y un gran potencial. A pesar de enfrentar muchos obstáculos, como el hecho de provenir del interior, apuestan al arte como forma de vida y también como manera de hacerse conocidos. Cada uno impone un nuevo aire, una impronta distinta que muchas veces los grandes artistas no dejan que se muestre. Conocidos entre sus pares, admirados y criticados, son cada vez más los jóvenes que buscan mostrar sus obras a una ciudad que es rica cultura.

Glenda Latapié, la blonda que sorprendió a todos con sus obras, cuenta sus comienzos y sus frustraciones. Dejó de ser, para muchos, la modelo y pasó a ser una de las artistas de renombre en el ambiente. Facundo Kostelak, el pibe del interior que vino a arrasar con el arte tradicional, explica qué lo inspira y cómo ve su futuro. Dos géneros diferentes, dos miradas distintas, una sola pasión: el arte nuevo. Claro está que faltan muchos otros artistas que conocer, que tienen que ser conocidos y buscan un lugar.


-¿Cómo tomaron la decisión de ser artistas? Glenda: Se dio desde muy chica, comencé estudiando en un conservatorio artístico desde los cinco años. Mi primera exposición en público fue a los siete años en la plaza central de General San Martín, donde expusimos algunos de los alumnos. Luego me fui perfeccionando, haciendo diferentes cursos hasta que me vine a vivir a Resistencia e ingresé en la facultad de abogacía. Al terminar mi carrera universitaria, sentí una necesidad muy grande de volver a pintar y reencontrarme con esa pasión que me acompañó desde tan chica. Al principio tenía pánico de exponer mis obras en público, pero después de la primera muestra y tras la insistencia y apoyo de mis amigos, ese miedo se desvaneció y me di cuenta de que era lo que realmente quería hacer en mi vida. De allí en más tuve la suerte de poder exponer mis obras en distintos lugares y con mayor frecuencia. Facundo: Mi amor por el arte también se dio desde chico, es algo que empieza a surgir mucho más en la adolescencia. Cuando en mi pueblo, San Bernardo, empecé a hacer murales, ahí me di cuenta de que era lo que mejor que hacía.
--¿Quiénes fueron sus mayores apoyos en esta carrera? Glenda: En principio, mi familia, por sobre todo, en la cual encontré el ambiente adecuado para cultivar el amor al arte, ya que mis padres son músicos y mis primeros recuerdos están relacionados con algún tipo de expresión artística. Ellos siempre me inculcaron valorar el arte como una parte fundamental de la vida. Luego, al venirme a Resistencia, mis amigos tuvieron un papel muy importante, ya que me animaron y brindaron su apoyo y acompañamiento en cada mues-tra que realicé. Facundo: Mis mentor es principalmente mi viejo, quien impulsó mi camino hacia el dibujo. Luego tengo tres grandes amigos, hermanos del rubro, Germán Toloza, Rodrigo Gil y León Blanco, quienes me apoyaron desde que arranqué a hacer públicos mis trabajos. Me invitaron a pintar, como uno más de la manada, fue cuando sentí algo que es difícil explicar, me sentí feliz, logrado, encontrado y con mucha fuerza. -
-¿Cómo ven el arte hoy? Glenda: Desde mi punto de vista, hoy en día, el arte contemporáneo es muy dinámico. Desde hace bastante tiempo hay tendencias que van más allá de lo pictórico. Por eso, desde mi obra, trato de recuperar el espíritu de la pintura y volver a las raíces del oficio del artista, desde diferentes técnicas que me permiten expresarme. Tal es así que, para cada obra, vuelco mucho empeño en los más mínimos detalles. Facundo: El arte sufre, día a día, cambios. Algunos, en mi opinión mutados por el dinero y la fama, más allá de la expresión del artista, y otros, geniales cuando aparecen, que muestran cosas más allá de lo pensado, dan fe de que el artista vive de y en sus obras, creando nuevos mundos. Estos últimos son los que veo poco, pero buscan muchos, entre los que yo también me incluyo. --
¿Les gusta el arte que hay en la ciudad? Glenda: Sí. Tuve la suerte de desarrollar mi obra en una ciudad tan rica culturalmente. Además de ser un museo a cielo abierto de esculturas, el arte se vive en todos lados. También es notable destacar que tenemos exponentes muy importantes de diferentes disciplinas artísticas, que nos representan muy bien en el mundo. Facundo: No sé si tanto el arte que hay en la ciudad, sí me gustan los artistas que podés encontrar si buscás muy bien. -
-¿Se puede vivir del arte? Glenda: Considero que abordar este tema es algo complicado, pues ingresamos en la eterna discusión de cuál es el verdadero fin del artista. Poder, creo que se puede, hay muchos ejemplos en nuestro medio. Y sería ideal que todo artista puediera vivir de su obra, pero está en cada uno evaluar si produce obras para vender, como fin en sí mismo, o se dedica a crear obras que muchas veces no son lo que el mercado consume y demanda. No estoy dando un juicio de valor, creo que cada uno es libre y elige su rumbo. Entiendo que todas las posturas son válidas. Facundo: Obvio, podés vivir del arte. Ahora, la pregunta sería ¿cómo quisieras vivir del arte? Creo que es una pregunta común que se hace uno antes de arrancar o decir qué camino tomar. Porque, quieras o no, estamos regidos por el dinero. Entonces, si decides vivir del arte, tienes que saber que vas a tener que pelearla mucho, como todo trabajo en realidad, ya que está ligado a muchos puntos que determinan tu éxito en el rubro y que el día de mañana te darán de comer.
--¿Cómo podrían definir su propio arte? Glenda: Si bien sigo la tendencia realista e hiperrealista, intento que la obra transmita un concepto, una idea y no sea un objeto meramente decorativo, combinando la técnica del dibujo y la pintura para lograr además algo atractivo estéticamente. Facundo: En mi caso, me lleva mayor tiempo el descifrar una idea, decodificarla, ya que no se me aparece en la mente la obra, así, tal cual; es una sucesión de palabras, elementos y objetos, frases, sonidos, recuerdos, rostros, luces y sombras, dolor y satisfacción, sentimientos en general. Todo esto, luego bajado, dan como resultado varios bocetos, y luego sí, a futuro, una obra. La verdad, aun me sigo buscando pero me desenvuelvo mejor en el surrealismo. Disfruto mucho el representar sueños e ideas, real en detalle e irreal en composición.
--¿Se nace o se hace artista? Glenda: Pienso que un artista es alguien que tiene algo que expresar a la sociedad y por el camino la vida le provee, a veces por casualidad, de alguna herramienta para hacerlo. Pueden ser distintas formas de expresión, como la pintura, la música, las letras, etcétera. La naturaleza del artista está siempre latente y utiliza lo que tiene a su alcance para transmitir el mensaje que lleva adentro. Facundo: Ambos, el artista nace y al artista lo hace la experiencia de vivir.
--¿Se consideran artistas de vanguardia? Glenda: En realidad habría que ver que consideramos vanguardia, prefiero no atarme a nada, solo me considero una artista que pinta lo que le gusta y siente.
--¿Cuáles son sus metas a alcanzar en este camino? Glenda: Creo que todo artista sueña con exponer en las galerías más importantes del país y el mundo, pero en este momento estoy abocada a un proceso de encontrarme a mí misma y descubrir qué quiero expresar con mi obra, lo que considero es fundamental. Si el mensaje es genuino, todo lo demás viene solo. Metas a corto plazo, claro que sí; estoy preparando nuevas obras para una próxima muestra, motivada mayormente por la buena recepción que tuve en las anteriores exposiciones. Facundo: Por ahora soy artista plástico, ilustrador y diseñador pero claramente me gustaría ser arquitecto. Pues quisiera recibirme, solucionar problemas de infraestructura y ver a la gente caminar en mis obras.
--La frustración es parte del camino, ¿qué los frustra? Glenda: Más que frustración, trato de convertir las dificultades en disparadores que me motiven a superarlas. Muchas veces veo en nuestro ambiente artístico prejuicios hacia los nuevos artistas, además de la falta de lugares para exponer el arte emergente de las nuevas generaciones. Facundo: Me frustra mucho la idea de que la vida es una sola y la inexorable falta de tiempo para pintarla por completo, aunque esto mismo me deja tranquilo. Jamás voy a lograr todo, pero será interesante intentarlo.
--¿El arte tiene límites? Glenda: Para mí el arte, además de una postura individual, es también la expresión de una sociedad en un lugar y tiempo determinado. Por eso, particularmente, considero que los artistas que trascienden son los que saben leer los momentos históricos y convertirse en un exponente de su sociedad. Por ello, límites en el arte no creo que existan. Antes bien, lo que guía a un artista, más que ponerle límites, es la habilidad de saber interpretar el sentimiento de su grupo de pertenencia social y que su obra cobre significado para ellos. El arte por el arte en sí mismo, sin una conexión con el otro que me rodea, me parece algo vacío, sin alma. Facundo: El arte no tiene límites imaginables en cuanto a ser o no ser, tiene tiempo determinado nada más.
--¿Qué los inspira? Facundo: Todo, a veces ni yo sé qué me inspira, es el lado consciente como el inconsciente del cerebro. Desde el lado consciente, una charla con alguien especial, una cerveza, una comida, un beso, una mirada, un respiro y suspiro, un olor, una forma, diversidad de colores en un momento, por lo tanto, del lado inconsciente, quizás viejos recuerdos que desatan emociones, trazos y composiciones. Me inspiran esas personas que tengo cerca, que me hicieron y hacen quién soy.
--¿Cuál es la esencia de su arte? Facundo: En particular, mis obras tienen mi esencia. A veces es muy notorio como a veces no, pero siempre dejo un pedazo de mi alma en cada cuadro. Desde un trazo muy brusco ocasionado por un enojo a detalles logrados con el amor más grande que puedo dar. Cada obra, cada poema, tiene un mensaje diferente. Aunque siempre redundo en mi persona, o en mi situación para con la sociedad y el mundo.
Por Florencia Martínez
Fotos: Germán Pomar y Miguel A. Romero

Comentarios